jueves, julio 3

Vacío

Con el amargo sabor de la cebada fermentada en la boca y el brillo de mil estrellas en el cielo empiezo a sentir el vacío de la pérdida. Antes lo había rellenado con ilusiones mentiras y esperanzas vanas, que hoy ya dejaron de tener sentido. Ahora, el vacío lo ocupa una inmensa tristeza, de esas que oprimen el pecho y no dejan ni llorar.

Quise ahogarla con el rocío de la madrugada, pero el nudo en la garganta me estaba ahogando a mi primero. Así que como dice la canción decidí caminar esta tristeza, pero es tanta que ni yendo hasta el otro lado del mundo podría acabar con ella.

Solo queda preguntar que pasará cuando la tristeza se acabe, porque lo perdido no lo volveré a recuperar y tengo que aceptar que esta vez perdí. Eso es malo, soy una mala perdedora.

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