jueves, enero 14

Añoranzas de la tierra de Nunca Jamás

Tic, tac, tic, tac… Hoy suena distinto, aunque en el fondo sabe que es el mismo sonido del reloj. Tal vez sean las festividades, o las hormonas, o el clima, o todo junto, que la ponen sentimental y no le permiten aceptar el cambio. Siempre le ha costado trabajo asumir los cambios en su vida, a fuerza de costumbre se habitúa a lo de siempre y se llega a sentir cómoda estando así.

Sabe que el cambio significa que el tiempo está pasando, que está creciendo y que con ello llegan las responsabilidades. El saber lleva al comprender y éste al sentir; ella solo puede sentir un vacío, como si estuviera perdiendo algo que jamás recuperará.

Cómo quisiera tapar sus ojos y sus oídos, como cuando era niña, y evitar todo lo que está pasando a su alrededor; imaginarse en otro mundo más feliz, donde todo es más simple y más tranquilo.

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