Desde el primer despertar de mi consciencia deseaba ir hacia vos. Sólo con vos soñaba cuando fui crisálida. Frecuentemente, miríadas de mis semejantes morían volando hacia algún débil resplandor que emanaba de tu cuerpo. Una hora todavía y se habrá terminado mi frágil existencia. Pero mi último esfuerzo, así como mi primer deseo, tendrá como único fin aproximarme a tu gloria. Entonces, habiéndote entrevisto en un instante de éxtasis, moriré contenta, ya que, por una vez, habré contemplado en su esplendor perfecto la fuente de belleza, de calor y de vida.
Carl Gustav Jung
Metamorfosis del Alma
Carl Gustav Jung
Metamorfosis del Alma
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