En el imaginario de todos está la idea del profesor de educación física: atlético, musculoso, hembro,... en fin, todo un Adonis.
En mi caso, eso solamente se ha quedado en el plano de lo hipotético, porque en la realidad no se ha visto casi nada por ningún lado. En el colegio el único profesor que medio cumplía con todas estas características solo duró como medio año, en los cuales me puso a sufrir tratando de dominar el balón de baloncesto. De resto mi única figura masculina deportiva en la Bogotá City fue un señor cincuentón, medio calvo y con una barriga como de 7 meses de embarazo, el cual nos ponía a correr por todo el colegio, doblarnos como cauchos, y demás torturas físicas sin que el moviera un dedo.
Mientras que las personas hablaban de su monumental profe de educación física, mis compañeros y yo nos aguantábamos a don Cachifo (así se le decía de cariño) viendo como año tras año aumentaba en extensión su panza y como su bigote se le iba poniendo cada vez más amarillo (además de todo fumador el hombre).
Pero después pensé en lo mensa que había sido, que cómo no se me había ocurrido antes: para eso están los instructores de aeróbicos de la recreovía. Claro!! ahí estaba la respuesta.
Nunca me he caracterizado por ser la más deportista, bueno, ni por ser deportista, pero una vez por allá en mi preadolescencia, una amiga me llevó a una de las recreovías y de lo que más me acuerdo eran esos profesores todos musculosos; pero como cosa rara no volví. Hasta hace algunos meses, ya casi un año, cuando vencí mi pereza y me decidí a encontrar lo que tanto había anhelado: Un profe de educación física hembro. Pero oh! sorpresa, al ver que todos esos kilos de músculo y fibra se desaparecieron.
No se les niega que hacen ejercicio y toda la cosa, pero parece no resaltar de a mucho en su cuerpecito, así que la desilusión otra vez llegó a mi vida, definitivamente ese no era el mejor lugar para recrear la vista (aunque con contadas excepciones).
Pero ayer por fin encontré La Excepción, encontré un nuevo motivo para hacer deporte, aahh, los crespos más bonitos que he visto en mi vida.
Esas deberían ser las políticas que el Distrito podría implantar para aumentar la actividad física en los capitalinos.
2 comentarios:
Aich! Ni te imaginas la cantidad de tiempo que llevo sin recrear la vista :( ¡Con esta abundancia de escasez! ¡Ya se me está olvidando qué es un tipo buenooooo! Si alguien pudiera ayudarme se comunica ;) ...y que gracias.
Querida Atenea:
En la recreovía del Tunal tenemos por escasos dos meses a los crespitos más bonitos que he visto en mi vida, por si te interesa
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