…-¡Buenas noches!- la saludó el grillo.
-¿Quién eres?
-Un grillo.
-¿Y qué es un grillo?
-Un interrogador del silencio.
-¿Y qué es el silencio?
-Una conversación consigo mismo.
-¿Es bueno conversar con el silencio?
-Sólo si necesitas saber quién eres, de dónde vienes y para dónde vas… ¿y quién eres tú?- pregunto el grillo; pero ella no respondió.
El grillo comprendió lo que sucedía y sin pronunciar más palabras se metió entre un hueco de la noche, que pronto se llenó de silencios-. ¡Bienvenido, silencio!- dijo ella con los labios cerrados y se puso a conversar con él, hasta que se quedó dormida.
Entonces, entre los laberintos del sueño, soñó con la oruga que tejía en el silencio del capullo el color escandaloso de sus alas de mariposa; soñó con la alondra que empollaba en el silencio de su nido los más sonorosos cantos de la mañana; soñó con el grillo, filósofo de la noche argumentando en el silencio su discurso; y soñó con su propio silencio de semilla que crecía hacia la superficie y hacia lo profundo de la tierra. En ese momento comprendió quién era, de dónde venía y para dónde iba. Se soñó tranquila. “Es bueno conversar con el silencio”. Sólo él responde a las preguntas más grandes”- se dijo, y abrió los ojos al primer sol de la mañana…
Pedro Baquero Masmela
El Rey de la Salsa
-¿Quién eres?
-Un grillo.
-¿Y qué es un grillo?
-Un interrogador del silencio.
-¿Y qué es el silencio?
-Una conversación consigo mismo.
-¿Es bueno conversar con el silencio?
-Sólo si necesitas saber quién eres, de dónde vienes y para dónde vas… ¿y quién eres tú?- pregunto el grillo; pero ella no respondió.
El grillo comprendió lo que sucedía y sin pronunciar más palabras se metió entre un hueco de la noche, que pronto se llenó de silencios-. ¡Bienvenido, silencio!- dijo ella con los labios cerrados y se puso a conversar con él, hasta que se quedó dormida.
Entonces, entre los laberintos del sueño, soñó con la oruga que tejía en el silencio del capullo el color escandaloso de sus alas de mariposa; soñó con la alondra que empollaba en el silencio de su nido los más sonorosos cantos de la mañana; soñó con el grillo, filósofo de la noche argumentando en el silencio su discurso; y soñó con su propio silencio de semilla que crecía hacia la superficie y hacia lo profundo de la tierra. En ese momento comprendió quién era, de dónde venía y para dónde iba. Se soñó tranquila. “Es bueno conversar con el silencio”. Sólo él responde a las preguntas más grandes”- se dijo, y abrió los ojos al primer sol de la mañana…
Pedro Baquero Masmela
El Rey de la Salsa
2 comentarios:
¡¡¡Aaaaah!! ¡¡Yo lo sabía!! Hablar solo no es tan malo... después me andan tildando por ahí de esquizofrénica.
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Naaa... olvida eso.
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Srta. Anaid, qué buen fragmento nos ha usted regalado. Esas letras son las que deben compartirse. Sí, señora.
Anaid. soy pedro baquero, que sorpresa grata encontrar en su blog un texto mio. saludos
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