Solo era para dejarles esta pequeña canción (además tiene coreografía) que me enseñó una gente que no me acuerdo de dónde son, pero que andan en su cuento de “paz y amor” (sin estupefacientes). Esta vez fue respecto a la naturaleza, y más por esto del calentamiento global, que sí que nos ha pegado duro por estos días en Bogótica (qué clima tan melgareño ‘juemadre).
No siendo más, ahí les va:
Tierra mi cuerpo,
Agua mi sangre,
Aire mi aliento,
Fuego mi espíritu.
No siendo más, ahí les va:
Tierra mi cuerpo,
Agua mi sangre,
Aire mi aliento,
Fuego mi espíritu.
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